¡Menos mal que el tiempo nos acompañó!
Después de varios años pasando calor el día de la comida (achicharraditos del todo), a menos de una semana de que comenzara el verano y con una fiesta de la espuma preparada no había manera de quitarse la cazadora por frío y lluvia.
Al final hubo suerte y para no perder la tradición el calor apareció en todo su esplendor y disfrutamos como enanos de la refrescante espuma y la tradicional manguera del huerto.
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